Su incursión en el mundo de los tatuajes ocurrió cuando tenía sólo 15 años, aunque su afición por la pintura le ha acompañado desde que era pequeño. "Creo que uno de mis primeros dibujos fue una caricatura de Charles de Gaulle". Pero, como él mismo cuenta, todo cambió cuando descrubió al grupo de hard rock Kiss con 10 años, momento en el que se obsesionó con la banda e, incluso, dibujó todo un cómic sobre ellos. Tal vez este fue el comienzo de su personal estilo, siempre marcado por el lado oscuro y los personajes de terror.
Después de asistir a una escuela de arte, Hernandez llegó a Madrid en el año 1988 y, cuatro años después, empezó a trabajar en el mítico estudio Mao&Cathy. Desde entonces ha desarrollado una habilidad excepcional para realizar retratos, consiguiendo un realismo en ellos que pocos artistas pueden alcanzar.
Como cualquier creador, Robert Hernandez tiene una serie de influencias de las que bebe directamente para poder darle personalidad a cada tatuaje que hace: "Mis influencias vienen de muchas partes. Del arte medieval, el impresionismo, surrealismo, arte contemporáneo o la fotografía. La música, como cualquier tipo de arte, también puede ser una gran inspiración".
Su sede física está en Vittamin Tattoo, Madrid, pero, si no vives cerca, siempre puedes concertar una cita con él para una de las numerosas convenciones a las que asiste. Para seguir su tour, visita este enlace.
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