Es uno de los procedimientos más poleémicos en el mundo de la modificación corporal y causa tanto repulsión como absoluta devoción. La lengua bífida (tongue splitting en inglés) ha ido adquiriendo popularidad desde la década de los 90 y en la actualidad se ve como algo más normal que hace unos años. Existen muchos métodos para realizarlo, pero también muchos riesgos médicos e, incluso, legales.
La bifurcación de la lengua consiste en la separación de la lengua mediante un corte en el tabique central. De esta forma se consigue que la lengua acabe en dos puntas separadas, ambas con total movilidad si se tiene práctica, parecida a la de una serpiente. La gente que lo hace no necesita motivos para ello, pero muchos buscan poner al límite su cuerpo, conectar con él de una forma más intensa o una forma de estética.
Aunque pueda parecer muy agresivo, los riesgos de este proceso no son muy diferentes a los de un piercing. El mayor de todos ellos es el exceso de sangrado, ya que la lengua contiene muchos vasos sanguíneos y nervios que son literalmente seccionados. Por este mismo motivo, otro de los riesgos es la posible pérdida de sensibilidad en la lengua. Además, al ser una zona especialmente sensible que está en contacto con alimentos, es muy fácil que se infecte e inflame.
Antes de hacer la bifurcación, muchos profesionales recomiendan realizarse un piercing relativamente grueso (de 6 a 10mm) en la lengua, ya que luego será más fácil hacer la separación y el paciente evitará que el corte se vaya más atrás de lo deseado. También hay que saber que es una técnica reversible. Una vez hecho, se puede volver a coser dentro de un corto período de tiempo, aunque deja una cicatriz bastante fea.
Se puede realizar de muchas formas, aunque la más recomendable es la cirugía, ya que es la forma más segura, rápida y menos dolorosa. En la cirugía se anestesia al paciente, se bifurca la lengua utilizando un láser y posteriormente se cauteriza. También se puede utilizar el scalpelling, una técnica más violenta donde se utiliza un bisturí para hacer la separación, lo que conlleva mayor sangrado y dolor. Una variación del scalpelling es la cauterización, por la cual se utiliza un objeto caliente para hacer el corte y así evitar el sangrado. Sin embargo, si se utiliza esta técnica sin haber tenido antes un piercing en la lengua, el tejido tiene más tendencia a cicatrizar y se tiene que volver a repetir el proceso para tener la profundidad que uno quiere.
Por último, el procedimiento que, sin duda, es el menos recomendable es el tie-off, el que utiliza la gente que se lo hace de forma casera. Consiste en introducir hilo de pescar en el agujero del piercing y tensarlo para ir cortando la lengua. El dolor es tan intenso que mucha gente tiene que hacerlo en varios intentos y no hace falta decir que la excesiva pérdida de sangre y el riesgo de infección son muy probables.
A pesar de todo, el tongue splitting no deja de ser una asombrosa demostración de que nuestro cuerpo es capaz de adaptarse a cualquier situación.
Aunque pueda parecer muy agresivo, los riesgos de este proceso no son muy diferentes a los de un piercing. El mayor de todos ellos es el exceso de sangrado, ya que la lengua contiene muchos vasos sanguíneos y nervios que son literalmente seccionados. Por este mismo motivo, otro de los riesgos es la posible pérdida de sensibilidad en la lengua. Además, al ser una zona especialmente sensible que está en contacto con alimentos, es muy fácil que se infecte e inflame.
Antes de hacer la bifurcación, muchos profesionales recomiendan realizarse un piercing relativamente grueso (de 6 a 10mm) en la lengua, ya que luego será más fácil hacer la separación y el paciente evitará que el corte se vaya más atrás de lo deseado. También hay que saber que es una técnica reversible. Una vez hecho, se puede volver a coser dentro de un corto período de tiempo, aunque deja una cicatriz bastante fea.
Se puede realizar de muchas formas, aunque la más recomendable es la cirugía, ya que es la forma más segura, rápida y menos dolorosa. En la cirugía se anestesia al paciente, se bifurca la lengua utilizando un láser y posteriormente se cauteriza. También se puede utilizar el scalpelling, una técnica más violenta donde se utiliza un bisturí para hacer la separación, lo que conlleva mayor sangrado y dolor. Una variación del scalpelling es la cauterización, por la cual se utiliza un objeto caliente para hacer el corte y así evitar el sangrado. Sin embargo, si se utiliza esta técnica sin haber tenido antes un piercing en la lengua, el tejido tiene más tendencia a cicatrizar y se tiene que volver a repetir el proceso para tener la profundidad que uno quiere.
Por último, el procedimiento que, sin duda, es el menos recomendable es el tie-off, el que utiliza la gente que se lo hace de forma casera. Consiste en introducir hilo de pescar en el agujero del piercing y tensarlo para ir cortando la lengua. El dolor es tan intenso que mucha gente tiene que hacerlo en varios intentos y no hace falta decir que la excesiva pérdida de sangre y el riesgo de infección son muy probables.
A pesar de todo, el tongue splitting no deja de ser una asombrosa demostración de que nuestro cuerpo es capaz de adaptarse a cualquier situación.
Hola quiero saber donde me puedo hacerme la lengua separadas bifida
ResponderEliminarJosé León Suárez